Y digo vida porque, como ya os expliqué, colgaríamos a nuestros personajes en el patio del Edificio Solís de nuestra facultad y, al ser un recinto descubierto y entrar el aire, este hacía que se movieran de tal forma que parecía que tuvieran vida.
El resultado de todas estas fases, la satisfacción, el trabajo día a día y la sorpresa de haber conseguido todos que nos quedaran tan bien (mejor de lo que pensábamos), ha dado lugar a esto:
Espero que os haya gustado este proyecto tanto como a mí, el cual me gustaría aplicar un día como profesora de la asignatura de Expresión Plástica pues todo el trabajo tiene un hilo conductor que, probablemente, motive a los alumnos.
¡Hasta pronto!
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